El 10 de diciembre de 1948 se aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. En la misma fecha de 1950 la ONU, mediante la resolución 423(V), pidió a todas las naciones que establecieran ese día como Día Internacional de los Derechos Humanos.

Ha pasado tiempo y las cosas están como ya sabemos, pero el espíritu que se consiguió tras la II Guerra Mundial ha de prevalecer, a pesar de las cortapisas que continuamente se empeñan en poner al desarrollo de los DDHH en todo el mundo.

Sigo insistiendo en que todos deberíamos leer la Declaración de vez en cuando, o por lo menos una vez. Hay mucha gente que habla y nunca la ha leído. Sólo son cinco minutos...

Este año la ONU dedica la jornada a la lucha contra la pobreza, una de las principales causas del no desarrollo de los DDHH. En palabras del propio Kofi Annan, en su declaración de hoy:

Si consideramos con toda seriedad los derechos humanos, debemos demostrar que también nos preocupa seriamente la miseria. Como se señaló en la celebración del Día Internacional de los Derechos Humanos del presente año, debemos responder al llamamiento de luchar contra la pobreza, no como una obra de caridad, sino porque es nuestra obligación.

Aprovecho la efeméride para recordar otra más cercana para nosotros: ayer, 9 de diciembre, se cumplió el 75º aniversario de la aprobación en Cortes de la Constitución Española (de la II República, claro). Vía Periodismo incendiario.

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