Tal vez sea porque la tectónica del planeta los empuja cada vez más y están a punto de saltar del mismo; quizá sea porque la radiación ultravioleta que se cuela por el agujero de ozono les ha afectado más de lo esperable... No lo sé, pero en ese país tan grande que hay al lado de Nueva Zelanda se les ha ido la olla por completo y nos han brindado lo más de lo más en materia de copyright: en Australia (¡Uy! No sé si he violado algún derecho reservado) es ilegal enlazar a páginas con contenido sujeto a derechos de autor, o sea, a casi cualquier página. Incluso incluir un vídeo de YouTube estaría prohibido...

Ya no sé hasta dónde piensan llegar, pero vamos muy mal. Como dice Enrique Dans:

Lo único que se me ocurre es que algo tan profundamente estúpido venga de eso que creíamos cuando éramos pequeñitos: del hecho de vivir todo el tiempo cabeza abajo.

Las discográficas siguen esforzándose en ir contra la corriente, no se enteran. Os animo a no comprar ni un cd más, hay alternativas que nos permiten saltarnos a esa panda de mangantes. Además cada vez hay más voces entre los verdaderos creadores que se dan cuenta de quién les da de comer realmente...

Me entero vía Mangas Verdes, donde podéis ampliar la noticia.