Hasta ahora era generalmente aceptado que la diferencia genética entre humanos y chimpancés no iba más allá del 1,5%. Un equipo de investigadores, liderado por Matthew Hahn, de la Universidad de Indiana, hecen aumentar esa distancia hasta el 6%.
Parece ser que los estudios que se habían hecho previamente sólo medían la diferencia existente entre genes equivalentes, suponiendo que compartíamos básicamente los mismos genes. El nuevo estudio, publicado en PLoS ONE, defiende que la evolución dotó a los humanos de nuevos genes y funcionalidades que antes no existían. El mecanismo expuesto observa la posibilidad de que aparecieran múltiples copias de genes y que éstas diferieran en las distintas especies. Esas copias adicionales de un mismo gen son las que permitirían una evolución diferenciada dando lugar a la aparición de nuevas funciones.
El cambio en el número de copias de genes, por duplicación o pérdida, sería uno de los mecanismos clave en la evolución de los mamíferos.
Conclusión: Habrá que reñir a las mamás y a las abuelas cuando ante un recién nacido dicen aquello de: "¡Qué mono!" Pues no, ya no somos tan monos...
Vía ScientificAmerican.com
Si a alguien le interesa saber las razones de que, siendo tan parecidos genéticamente, seamos tan diferentes, puede leer este artículo de JM Foxley.
Parece ser que los estudios que se habían hecho previamente sólo medían la diferencia existente entre genes equivalentes, suponiendo que compartíamos básicamente los mismos genes. El nuevo estudio, publicado en PLoS ONE, defiende que la evolución dotó a los humanos de nuevos genes y funcionalidades que antes no existían. El mecanismo expuesto observa la posibilidad de que aparecieran múltiples copias de genes y que éstas diferieran en las distintas especies. Esas copias adicionales de un mismo gen son las que permitirían una evolución diferenciada dando lugar a la aparición de nuevas funciones.
Foto de Aaron Logan, con licencia Creative Commons Attribution 2.5
El equipo investigador estima que, desde el momento en que nuestros ancestros comunes divergieron hace seis millones de años, los humanos habríamos adquirido 689 nuevos duplicados de genes y perdido 86, mientras que nuestro pariente habría perdido 729 que nosotros todavía conservamos.El cambio en el número de copias de genes, por duplicación o pérdida, sería uno de los mecanismos clave en la evolución de los mamíferos.
Conclusión: Habrá que reñir a las mamás y a las abuelas cuando ante un recién nacido dicen aquello de: "¡Qué mono!" Pues no, ya no somos tan monos...
Vía ScientificAmerican.com
Si a alguien le interesa saber las razones de que, siendo tan parecidos genéticamente, seamos tan diferentes, puede leer este artículo de JM Foxley.
¡Keaton, certera conclusión!
Con lo monisisísimos que somos, sobretodo en la tele, en las revistas y en los anuncios de Dove...