Etiquetas: barcelona , flickr , fotografía , historia , infancia , memoria , metro , nostalgia , olvido , transporte , Viajes , vida
Me gustaría saber qué piensa un niño cuando se sube al metro, al tren, o al carrilet. Lo digo porque cuando era pequeño, para mí, era toda una aventura. Subir a uno de aquellos vagones de la línea uno, tan amplios, ver cómo se cerraban las puertas y arrancaba... Lo que más me gustaba era subir al primer vagón y ponerme delante, justo al lado de la pequeña cabina del conductor, y ver el túnel, y la siguiente estación aproximándose. Bajar a la estación del carrilet en plaza España era como sumergirse en una película de aventuras, los trenes parados pero con los motores en marcha; y yo quería subir en el de color verde, no en el azul, pero no entendía eso de "semidirecto". Y qué decir de subir al metro el domingo por la mañana, cuando dejabas pasar los convoyes hasta que llegaba el "antiguo" y te subías en uno de aquellos maravillosos vagones que fueron, durante años, los más grandes del mundo.
Esta pequeña reflexión tiene su origen en que hoy he estado viendo en Flickr -qué gran invento- fotos de aquellos viejos trenes y me han venido recuerdos que tenía por ahí escondidos. Seguro que muchos de vosotros los compartís ;)
La siguiente foto la he tomado prestada de la galería de chausson bs en Flickr y muestra uno de aquellos trenes históricos en la estación de Mercat Nou. En su galería podéis ver más.
Tren histórico formado por los coches 125, 126 y 131 en la estación de Mercat Nou de la L1. Barcelona, diciembre de 1983. chausson bs. © Todos los derechos reservados
Esta pequeña reflexión tiene su origen en que hoy he estado viendo en Flickr -qué gran invento- fotos de aquellos viejos trenes y me han venido recuerdos que tenía por ahí escondidos. Seguro que muchos de vosotros los compartís ;)
La siguiente foto la he tomado prestada de la galería de chausson bs en Flickr y muestra uno de aquellos trenes históricos en la estación de Mercat Nou. En su galería podéis ver más.
Tren histórico formado por los coches 125, 126 y 131 en la estación de Mercat Nou de la L1. Barcelona, diciembre de 1983. chausson bs. © Todos los derechos reservados
Yo me acuerdo de mi tío, transportista de profesión y empresario, que siempre que venía a hacer portes a Barcelona se introducía en el "metro" y se recorría durante horas el interior de Barcelona, siempre comentaba que le fascinaba eso de poder cambiar de tren durante todo el día.
Es lo que tiene haber nacido en una ciudad que casi no tenía ni tren (Alfaro, La Rioja, España), actualmente una de las más desarrolladas del su C.A.
Mis recuerdos son diferentes. Al vivir en un pueblo de las cercanías de Barcelona el transporte público que conocía durante la mayor parte del año eran las piernas, ya que todo se hacía sin salir del pueblo (hablo de Molins de rei, pero cuando rei se escribía con "y")
Ahora bien, cuando llegaba el verano, menudas jornadas de varias horas en un tren atestado de gente para ir a Comarruga...
Y al volver no digo nada, durmiendo los niños en el suelo, y con paradas en algunas estaciones de más de una hora, la razón de las cuales nunca descubrimos.
Ya semos mayores...